Aquí me estoy con la ilusión perdida
víctima de la duda y el enojo.
Las lágrimas temblando en mis pupilas,
trituran el paisaje ante mis ojos.
Con el afán de sueños ya distantes,
los brazos extendidos con mil ansias
de apresar en mis manos implorantes,
la pompa de jabón de una esperanza.
Aquí me estoy incomprendiendo a solas
con la triste agonía de mis horas,
pletórica de angustias y resabios;
Y por borrar el rictus doloroso,
mi sonrisa es igual que un vidrio roto
en el marco impreciso de mis labios.
I. Dávila López