Cuando en las fibras de tu ser se agite
una oculta emocion desesperada,
y tu lírica mano emocionada,
en versos ponga lo que el alma grite.
Cuando el verso cuajado ya, esté rico
de tu enorme sentir medio explicado,
y en arrebato interno incontrolado,
ofrecérmelo quieras... te suplico.
Que no me des el verso elaborado
con el que diste forma a lo soñado,
por íntimo reclamo de tu centro;
Dame del fondo del sentir más puro,
aquello grande que llamando duro
forjó un poema, y se quedó por dentro.
I. Dávila López
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