"APUNTE PARA UNA ODA"


Federico García Lorca©

poema contesción...Dylia©Marita



Soy la sombra de todos que sola me proyecto
en los cálidos huertos y veredas del monte
que callando camino sin aroma al destierro,
posándome en las aguas del silente horizonte.


Desnuda soledad sin gesto ni palabra,
transparente en el huerto y untuosa por el monte;
soledad silenciosa sin olor ni veleta
que pesa en los remansos, siempre dormida y sola.

Mi ropaje de viento parece que es inerte
ausente de delirios, llegando a los desiertos,
carente de perfumes, vacío en silencio,
corriente que se aleja en recodos inciertos.

Soledad de lo alto, toda frente y luceros,
como una gran cabeza cortada y palidísima;
redonda soledad que nos deja en las manos
unos lirios suaves de pensativa escarcha.


La comba de luceros, se preña de tus luces
cubriendo mi melena, luciérnagas brillantes
espera de la noche, vacía de tu ausencia
durmiendo soledades, temblando como entonces.


En la curva del río te esperé largas horas,
limpio ya de arabescos y de ritmos fugaces.
Tu jardín de violetas nacía sobre el viento
y allí temblabas sola, queriéndote a ti misma.


Fui llegando a tu vera de orillas muy calientes
y la espera se hizo carente de lugares,
mis violetas murieron en jardín de agonías
sintiendo que mi delta se perdía en tus mares.


Yo te he visto cortar el limón de la tarde
para teñir tus manos dormidas de amarillo,
y en momentos de dulce música de mi vida
te he visto en los rincones enlutada y pequeña.


Cortando el horizonte con el filo del alba
y cayendo la tarde, morías entre mis manos,
con dulces melodías, pentagramas añejos
que tu ausencia cantaba en dulce serenata.

Pero lejana siempre, vieja y recién nacida.
Inmensa giraluna de fósforo y de plata,
pero lejana siempre, tendida, inaccesible
a la flauta que anhela clavar tu carne oscura.

Me sentías ausente vieja y recien nacida.
mas tu velo de niebla opacó aquella luna,
que bañaba mi cuerpo tendido sobre yerba,
traspasado en espera por tu flauta en la bruma.

Mi alma como una yedra de luz verde y escarcha
por el muro del día sube lenta a buscarte;
caracoles de plata las estrellas me envuelven,
pero nunca mis dedos hallarán tu perfume.

Mi alma como yedra aprieta los silencios
tras la tapia sellada que en espera se llergue,
y un cielo estrellado es manto de mi cuerpo
que desnudo se arropa esperando que llegues.


Federico García Lorca©
Dylia©Marita

 

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